Ritual Secreto del Amazonas

Publicado por JLT en

Caos en Quito

10 de Noviembre del 2015 – 2:54 AM – En algún lugar del Amazonas

El fuego se alza en todo su esplendor mientras los cuerpos desnudos danzan a su alrededor. El ritual de celebración da comienzo a una serie de eventos que son llevados al pie de la letra por las brujas del aquelarre que yace en lo más profundo del Amazonas, mientras que los brujos mantienen un circulo alrededor del fuego y de las brujas.

El aquelarre adora al Demonio Behemot, el cual les cede de su poder para controlar la realidad, a cambio él les pide su lealtad absoluta y el control de sus almas cuando sus cuerpos mueran. Por supuesto que bajo las leyes de la Corte Celestial de Nov Raiyek que se imponen desde los Inicios de la Creación eso está completamente prohibido, de lo contrario aquellos que se atrevan a tocar un alma se enfrentarán a la justicia divina de los Protectores de los Universos, pero en situaciones así, Behemot usa la ignorancia de aquellos que lo adoran para sacar provecho de su voluntad de obligarlos a ceder el control de su alma. Al igual que todos los Demonios mayores de la Dimensión del Caos, su ser necesita un flujo constante de energía para mantenerse en su posición de poder, es por eso que cede una pequeña parte de su poder a los grupos de humanos que hacen lo que sea por esa pizca de poder y conocimientos.

Pero está vez no es el ritual a su nombre como siempre lo han hecho desde la fundación del aquelarre. Está noche adoran a una entidad suprema que toca la divinidad sin que ellos lo sepan. Una entidad que hasta los mimos Demonios mayores les temen y las evitan. El aquelarre está adorando a una entidad que no sigue las mismas reglas del juego que sigue la vida inteligente. Su propia inteligencia no ve, ni interactúa con la realidad de la misma forma que los seres de distintas especies que habitan los cientos de millones de universos. La entidad suprema es del tipo Raque Limbiat.

El fuego se incrementa hasta rebasar las copas de los árboles y de la nada aparece la entidad suprema con sus largos tentáculos que llegan hasta el suelo. Las brujas empiezan a besar y lamberle los tentáculos de la entidad suprema mientras los brujos recitan sus canticos que logran alimentar a la entidad suprema. De pronto todos se quedan quietos como si fueran estatuas. La entidad suprema desciende en el claro junto al circulo de brujos. De entre el fuego aparece una mujer encapuchada con cabellos dorados y ojos rojos.

La mujer camina entre las brujas que siguen paralizadas, aunque se encuentran conscientes de lo que pasa a su alrededor. La mujer se quita su capucha y queda desnuda, luciendo un físico espectacular que no solo atrapa la mirada lujuriosa de los hombres, sino que también lo hace al de las mujeres. Entre todos los presentes nace un fervor incasable por poseer a la misteriosa mujer.

Se acerca a la entidad suprema que tiene su rostro como una deformación extrema que no tiene parecido a nada. La mujer besa a la entidad suprema y la muerde hasta sacarle sangre, la cual bebe; se embriaga en la sangre divina de la entidad suprema de origen desconocido. Cuatro alas negras parecidas a las de un cuervo, dos de murciélago y dos de mariposa surgen de su espalda desgarrando su piel y carne; un atuendo hecho de huesos cubre su desnudes. La mujer con el chasquido de sus dedos les permite a los brujos y brujas moverse nuevamente.

La misteriosa mujer les pide que se sienten frente a ella, y todos lo hacen, ¿cómo no hacerlo?, se encuentran extasiados por la euforia que les hace tan solo mirarla. Si la mujer les pide que entre ellos se maten, todos lo harían sin pensarlo, así es el poder de la entidad suprema que actúa sobre la humanidad de la mujer. El poder Raque Limbiat pone de rodillas a la misma realidad y la viola para conseguirlo todo.

“Eve”, así es como quiere que la llamen a ella, y a la entidad suprema deben de llamarla como “Adán”. La mujer se presenta como la humanización de la entidad suprema. Ella les indica que dejen de adorar a los Demonios mayores que son seres inferiores a comparación de la entidad suprema, los brujos del aquelarre le dan su absoluta lealtad a la humanización de la entidad suprema.

La humanización de la entidad suprema les ordena que de ahora en adelante deberán trabajar en solo un ritual hasta que ella les indique que se detengan. No se les permite hacer preguntas sobre lo que hacen, tan solo deben obedecerlo y el poder que obtendrán de la entidad suprema será superior al que pueden obtener de los Demonios Mayores de la Dimensión del Caos. La entidad suprema los observa y todos aprenden a hacer el ritual. La mujer se queda entre ellos mientras la entidad suprema regresa.

Las tradiciones deben de respetarse y el ritual de celebración finaliza con una orgia, mientras Eve se mantiene sentada junto al fuego, regocijándose de que su plan fue todo un éxito. Logró arrebatarle los súbditos a un Demonio Mayor muy poderoso sin que él se haya percatado, y aunque lo haya hecho, al sentir la presencia de la entidad suprema no se hubiera atrevido a acercarse. La líder del Aquelarre, Miriam, se sienta junto a ella para platicar sobre el nuevo ritual que tendrán que hacer. Miriam y Eve ya se habían puesto de acuerdo en lo que pasaría está la noche de la celebración de Behemot. La líder del aquelarre fue seducida por el poder de la entidad suprema y no dudo en traicionarlos a todos.

Poco a poco el claro iluminado por la Luna y el fuego se llena de entidades espectrales que deambulan por el amazonas, especialmente en las ruinas y cuevas. La presencia de la entidad suprema les llamó la atención. Los brujos y brujas se agrupan para defenderse de las intenciones que puedan tener los espectros, pero Eve les avisa que no hay nada que temer, los espectros son como mascotas que necesitan de alguien que las cuide y las acompañe, de lo contrario se vuelven agresivas. Con sus ocho alas, Eve desafía la gravedad y levita un par de metros, los espectros pasan a través de los brujos y brujas sin hacerles nada, y aunque los espectros no son visibles ya que se encuentra en la dimensión astral, sí pueden sentirlos. Los espectros se reúnen debajo de ella y les da de su esencia, a tal grado que se enamoran de ella. Otras criaturas interdimensionales que también deambulan por el bosque evitando a toda costa a los humanos llegan al claro, haciendo que los brujos y brujas vuelven a agruparse para protegerse, pero Eve hace lo mismo con ellos. Son mascotas les reitera Eve y tanto los espectros como las bestias buscan acercarse a Eve tanto como puedan.

“Una gota de mi sangre les dará poder” les dice Eve y desciende una vez que se aseguró que todas las entidades que no pertenecen a este mundo la aman. Les ordena que regresen al bosque, pero que no se alejen. Los brujos y brujas se colocan en fila hacía Eve. Con la uña de su mano derecha se corta el brazo izquierdo y a cada una de las personas les da solo una pequeña gota de sangre, algo que no hará que se conviertan como en Eve, pero al menos su conexión con la entidad suprema se habrá creado y quedarán a su merced.

La mañana llega y los miembros del aquelarre regresan a su día a día, excepto por Miriam y Eve, la cual le instruye que el ritual deberá hacerse en un punto al sur de Colombia. Eve cambia su atuendo y esconde sus alas para aparentar una mujer común y corriente, aunque su aspecto de una mujer de Ucrania resalta a simple vista. Se despide de Miriam y le cede el poder de las criaturas interdimensionales para irse hasta la ciudad de Bogotá, ya que tiene un asunto con el líder de la organización de “Los Templarios Perdidos”, la cual pertenece a Behemot.



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