La Antigua Gran Guerra Celestial Parte 1 – Capítulo 4: Magia en la Selva

Publicado por JLT en

La Antigua Gran Guerra Celestial Parte 1 – Capítulo 4: Magia en la Selva

Varios días después de los terribles eventos del ataque sobre el pueblo de Nakbé, sus habitantes han logrado regresar a la normalidad con la ayuda de sus Dioses y los esfuerzos de los guerreros de la Luna y del Sol. Yunuen fue clave entre la comunicación de los Dioses y los habitantes Mayas. Ixchel, la Diosa de la Luna, el Amor, la Fertilidad, la Medicina y el Tejido junto con el Dios Creador Itzamná ayudaron a sus seguidores a calmar sus agitados corazones y sanar el cuerpo espiritual de los heridos.

Desde la parte superior de la casa del jefe, Sak y Yatziri observan el ajetreado movimiento del pequeño asentamiento, mientras degustan un rico Xocolatl picante.

—Es cuestión de tiempo para que los demás comiencen a llegar —dice Sak sin apartar su mirada de la bulliciosa plaza del pueblo en la que el comercio crea un ambiente dinámico; donde se desenvuelve todo tipo de actividad—. También vendrá su hijo.

Sak baja la mirada y se deja llevar por el miedo de la incertidumbre al no saber cómo Zotz reaccionará ante la propuesta del jefe de Nakbé. El Padre de Sak y de Yatziri, Kusam, murió a la edad de cuarenta y dos años por una enfermedad misteriosa. Fue tan súbita que dejó en una posición vulnerable a Nakbé, y el pueblo de Uxmal, líderado por Noíl, padre de Zotz, los atacó, sin embargo, Sak logró repeler el ataque y como resultado, Noíl murió, dejando a su hijo mayor como el nuevo jefe del asentamiento de Uxmal. Hubo rumores de que la prematura muerte de Kusam fue debido a un castigo de los Dioses porqué su hija Yatziri rechazó convertirse en sacerdotisa.

Kusam crio a sus hijos para que fueran devotos a los Dioses, pero después de la muerte de su esposa Kin, Yatziri rechazó a los Dioses y se fue de Nakbé, mientras que Sak se quedó con su Padre para convertirse en el futuro Jefe. Tras la muerte de Kusam, Sak logró evitar la guerra con los demás pueblos vecinos que veían en el joven Sak a un temeroso e inexperto líder, pero su gran capacidad de diplomacia evitó una guerra mayor en toda la región. Desde entonces han existido fuertes enemistadas entre los pueblos vecinos, sin embargo, Sak ha demostrado ser un valeroso líder para los demás asentamientos Mayas. Nakbé junto con Uxmal continúan siendo los que tienen un mayor territorio y población, y la amenaza de una guerra siempre está presente.

—Si no hubiera rechazado a los Dioses en ese momento, las cosas no serían tan difíciles —le cuenta Yatziri, decepcionada por haber abandonado a su familia.

—Tu destino no era convertirte en una sacerdotisa, siempre fue ser una guerrera —le precisa Sak con una sonrisa; siente gran orgulloso por su hermana.

—Fui perdonada por Itzamná y se me ofreció convertirme en una protectora de la Luna y del Sol. No lo merecía, sin embargo, fui elegida, hermano. ¡Odiaba a los Dioses por habernos arrebatado a nuestra Madre! Los odiaba con todo mi corazón y en ese momento solo quería irme lejos de todo, abrir mis alas y alejarme. Cuando creí que era mi fin, tras varios días de hambre, recuerdo que la Luna descendió y me envolvió en su luz.

—No hay día en la que no recuerde a nuestros Padres. Extraño a Papá, extrañó mucho su tranquilidad y paciencia. Fue un líder extraordinario. No pensé que los demás intentarán destruir su legado. Cuando me enteré de que Uxmal marchaba hacía aquí con unos cincuenta hombres. Un odio nació dentro de mí y no me detuve a pensar en nada hasta que los vencimos. ¿Tanto odiaban a nuestro Padre para que en la primera oportunidad intentaron destruir su hogar, nuestro hogar?

—Padre te enseñó a ser un guerrero y un líder. Te enseñó bien y gracias a él triunfaste. Si alguien aquí debe ser el orgullo de Padre, ese eres tú hermano —le recuerda Yatziri con una sonrisa y coloca su mano sobre la mano de Sak—. ¿Qué hay de mi sobrino?

—Estoy intentando dejarle un legado fuerte para que evité pasar por lo que yo pasé. Kinich de Cival tiene un hija y quiero casar a Kante con ella —le responde Sak.

—Esa unión fortalecería Nakbé y lo convertiría como el pueblo dominante de la región. Sabes que no puedo involucrarme en estos temas, pero te apoyo, aunque solo sea mi apoyo moral sin más. Me imagino que Kante no estará feliz con eso —le dice y le da un sorbo a su bebida mientras observa los hermosos cielos azules y despejados.

—No, por supuesto que no. En nuestro viaje a Copán, parece que conoció a una chica y se enamoró de ella. Ya le hice saber que una unión así no es posible. No lo tomó a bien, pero nosotros no podemos elegir lo que nuestro corazón desee, tenemos obligaciones.

—Kante es buen chico, hermano, demasiado bueno a comparación de nosotros con Padre. Es una pena lo que le pasó a su Madre.

—La extraño y él también —le confiesa Sak—. Se hace el fuerte, pero lo he escuchado llorar y rezar por el alma de Litza por las noches.

—Tengo la corazonada de que él será un líder brillante, quizás logre unir a todos los pueblos Mayas —le comenta Yatziri—. El sueño de nuestro Padre.

—Por eso quiero formar un matrimonio con Cival. Si nuestros pueblos se unen, eso dará píe a que los demás pueblos se unan y nadie podrá detenerlo. Imagina a todos los pueblos Mayas unidos bajo un liderazgo, nada, ni siquiera el poder de la torre sería un impedimento para alcanzar las estrellas.

Con el Sol de medio día sobre ellos. Sak y Yatziri terminan de beber su Xocolatl picante. Bajan del techo de la casa y ella se percata de algo que se esconde entre unas cestas viejas. Sonríe al ver que se trata de la Piedra Lunar que le regaló hace tiempo.

Sak es informado que los exploradores de los otros pueblos han llegado con el mensaje de que sus líderes están cerca. Deja a Yatziri en la casa, mientras que él va a supervisar de nuevo las casas provisionales en las que los líderes de los otros pueblos usarán durante su visita.

La líder de los guerreros de la Luna y el Sol va con Kante y sus amigos, los cuales están intentando pescar en el rio. Para sorpresa de todos, Bej ha pescado varios peces, mientras que Kante e Ikai apenas han pescado uno cada uno. Bej no es un guerrero, pero es un excelente cazador, mientras que Ikai es un cocinero de gran talento.

Kante no sabe que Yatziri es su tía. Litza se negó a que su hijo supiera la verdad de su tía, debido a que en el pueblo consideraban a Yatziri como una hereje y una traidora por abandonar a su Padre. Yunuen y Sak son los únicos de pueblo que saben la verdad sobre Yatziri; hay quienes ven en la líder de los guerreros de la Luna y del Sol un enorme parecido con la hija de Kusam, sin embargo, es impensable pensar que esa joven que huyó de sus obligaciones se haya convertido en una guerrera de los Dioses tan respetada en el mundo Maya.

 Entre risas y empujones, los chicos se divierten en el agua. Bej se enaltece al presumirles la cantidad de peces que lleva, mientras que sus dos mejores amigos apenas han logrado el mínimo. Kante se percata de la presencia de Yatziri y deja a sus amigos en el agua.

Se acerca a ella y le agradece por proteger a su Padre y a los demás. Ella le responde con una sonrisa y un abrazo, lo cual deja anonadado a Kante, pero sabe que ella es una leyenda en vida. Ikai y Bej los observan y se sorprenden ante lo que ven. Kante no sabe cómo reaccionar y se mantiene en silencio, con mucha pena, sin saber que es la primera vez que su tía lo abraza en mucho tiempo.

—Eres un chico muy apuesto, como tu Padre —le comenta Yatziri y Kante no soporta más, le agradece y se regresa con sus amigos por la pena que lo atormenta—. Felicidades jóvenes, esos pescados alimentarán a muchas familias.

Lo observa detenidamente, puede sentir algo raro, algo especial en él, no obstante, al no saber con certeza, se retira y regresa con sus guerreros. Kante, Bej e Ikai se observan y estallan en carcajadas. Bej le cuestiona sobre lo que acaba de pasar, pero Kante se limita a levantarse de hombros.

—Yo sé lo que pasa —les dice Ikai—. Ella quiere con tu Papá. Desde hace días han pasado juntos y no hay momento que ella no este con él.

—Ella no puede querer a mi Papá, se supone que ella es devota a Hunahpú e Ixbalanqué, de eso estoy seguro —les reclama Kante.

—Yo estoy disponible —se burla Bej, y los tres chicos se ríen.

Mientras hablan sobre otros temas, una presencia pequeña, oculta en la selva al otro lado del rio llama la atención de Kante. Solo él puede verlo y al cerciorarse de que ninguno de sus amigos puede ver a la misteriosa presencia, se apresura y cruza el puente, dejando a sus amigos pasmados en el agua.

Se adentra en la selva y a los lejos ve al pequeño ser con rasgos de Jaguar. A pesar de que puede ser atemorizante, no teme a la presencia del Alux, por lo que se atreve a seguirlo hasta muy adentro de la espesa selva. Lo pierde de vista y piensa que se trató de una ilusión, pero cuando va de regreso, lo ve frente a él, sentado en las ramas de un árbol.

—¿Quién eres tú? —le pregunta Kante, sorprendido y temeroso por la extraña y mágica presencia del Alux, pero al mismo tiempo con enorme fascinación.

—Yo, soy Zephy, y ella es Rix —le responde el Alux y apunta hacia las copas de los árboles.

Kante voltea y ve a un hermoso Quetzal de plumaje azul con verde y una larga cola que desciende y se coloca sobre la cabeza del Alux, que ahora se ha convertido en un jaguar con rasgos dorados y piel del mismo color que el plumaje de Rix.

—Juntos somos Zephyrix, el guardián de los vientos Mayas —declaran al mismo tiempo.

Kante se ríe y ambos Aluxes no toman bien su respuesta, pero inmediatamente él les aclara que son nervios por estar ante unos seres tan misteriosos e increíbles. Rix le cuenta que lo han estado siguiendo por un tiempo.

—¿Por qué yo? ¿Ustedes pueden ayudarnos en contra de las criaturas de la torre? —les cuestiona Kante con temor, sintiendo que quizás se trate de un engaño de la torre.

—Tranquilo Kante, tranquilo, no somos espíritus de la oscuridad de la torre. Nosotros somos el espíritu guardián de nuestros Padres: Itzamná, Kinich Ahau, Ixchel, Chaak, Ah Puch y Kukulkán. Protegemos al mundo de los Dioses y el mundo de los humanos de una amenaza terrible —le explica Rix, y Kante deduce que se trata del poder oscuro de la torre.

—Nuestras armas no funcionaron en contra de las criaturas de la torre, solo el poder de los guerreros de la Luna y del Sol lograron derrotar a ese falso señor del inframundo —les cuenta Kante.

—Ellos no tienen el poder necesario para hacer frente al poder de la torre, pero nosotros sí. Sin embargo, necesitamos un espíritu noble que pueda contenernos —le responde Zephy.

—¿Y yo soy ese espíritu noble? —pregunta Kante con miedo y cuando ve que ambos Aluxes asienten él les cuestiona, les reclama que es débil a comparación de su Padre y los demás guerreros del pueblo. Siente incomodidad, el calor sofocante del medio día lo hace sudar más de lo normal; y los mosquitos no dejan de atormentarlo, aunque está más que acostumbrado.

—No buscamos al mejor guerrero, tampoco al mejor cazador. Buscamos un espíritu fuerte que sea capaz de empuñar el poder de los Dioses y no ser corrompido. Necesitamos a un joven con un corazón poderoso, no un joven con los músculos más grandes —añade Rix.

—Pero soy muy joven para una responsabilidad así. No creo ser capaz de tener lo necesario para enfrentarme a una amenaza así —les reclama Kante—. No, no, no estoy seguro.

—Eso es cierto Kante, pero con nuestra guía y la de los Dioses, tú lograrás liderar a los hijos de los pueblos Mayas para destruir la torre —le aclara Zephy.

—Creí que el torneo que mi Padre organiza era para elegir a ese campeón.

—Ten por seguro Kante, que el campeón surgirá de ese torneo y todos los líderes del mundo Maya lo aceptarán. Ten paciencia y escucha a tu corazón, el camino a seguir será revelado ante ti si aprendes a escuchar y apaciguas la voz de tu mente —le indica Rix.

—¿Y ahora qué? —pregunta Kante, no obstante, no ha procesado lo que está pasando, está tentado por ser el campeón, pero no sabe lo que eso conlleva.

—Nosotros nos mantendremos cerca, pero solo tú serás capaz de vernos. Cuando necesites ayuda, nosotros estaremos junto a ti. Ahora regresa con tu Padre y ayúdalo con el torneo —le pide Rix.

Kante acepta sin vacilar y corre de regreso al pueblo. Se siente feliz, pero al mismo tiempo siente miedo. Él nunca se ha visto como un gran guerrero; sabe defenderse y ataca con ferocidad, pero varios del pueblo lo superan. Por su corta edad es incapaz de comprender la responsabilidad que ha aceptado. Su primer pensamiento fue presumirles a los demás que tiene un Alux de compañía, y que sí él es realmente el campeón, entonces logrará conquistar a cualquier chica que quiera.

—Es demasiado joven y no tiene lo necesario —le reclama Rix a un orbe resplandeciente que brilla como el sol, el cual levita junto a ellos.

—Él es el indicado; ahora toca ver a cuál de ustedes elije —le responde el orbe.

—Espero no te equivoques, nuestro universo no podrá resistir más tiempo el ataque del Dios Silencioso —le reprocha Zephy.

El Mundo Rein, el universo Maya se encuentra a la defensiva ante el ataque de la amenaza silenciosa gracias al poder de las torres que han surgido en todo el mundo. Las otras civilizaciones elegidas al igual que la Maya se encuentran en proceso de elegir a su campeón, pero como era de esperar, los Dioses no están muy de acuerdo por depender de sus seguidores para su supervivencia.

Al regresar al pueblo, ve que hay un gran número de personas reunidas cerca de la entrada; discutiendo y gritándose. Kante corre al ver que su Padre está en medio de la trifulca. Zotz, líder del pueblo de Uxmal discute con una daga en la mano con Nahil, por la burla de Zotz hacía Kusam y a su hija traidora. Sak logra contener las provocaciones y calma la situación que estuvo a nada de convertirse en un baño de sangre.

Nahil se retira por orden de Sak. Zotz junto con Dayami, la sacerdotisa de su pueblo al igual que sus guerreros se dirigen hasta la casa que Sak les preparó, lo más lejos de su casa que fue posible. El líder del pueblo de Izamal, Pakal, llegó junto con Nicté, su sacerdotisa y sus guerreros poco antes que Zotz.

Durante el transcurso del día llegan los demás, Kinich, del pueblo de Cival, junto a Ixchel, su sacerdotisa. Hunahpu del pueblo de Tikal, y su sacerdote Iktan. Nakuk Pech del pueblo de Calakmul, y el sacerdote Kabah. Chaac del pueblo de Copán y la sacerdotisa Kantunil. Yax K’uk Mo de Taxchilán y la sacerdotisa Alitzel. Todos ellos se acomodan en una de las casas que Sak les ofrece.

Al caer la noche, todos se reúnen en la plaza principal del pueblo, junto al templo. Un gran fuego se alza en medio de todos. Es todo un festín patrocinado por los líderes de los pueblos mayas más importantes. Tortillas, tamales, atol (bebida de maíz) y posol (papilla de maíz) es el alimento básico. Frijoles, calabazas, yuca, camote, carnes de pollo, pavo, venado e insectos son acompañados con salsas y guisos de tomate y chiles. El cacao, balché, chicha, pulque y aguas frescas no puede faltar para acompañas sus alimentos. Aguacate, guayabas y piñas endulzan el paladar de los comensales que parecen olvidar que todos su mundo se encuentra amenazado por un poder oscuro.

Sak camina junto con su hijo y conversa con los demás líderes que disfrutan del festín. Aunque en su momento pensaron en atacar Nakbé, tras la muerte de Kusam, esos mismos líderes saludas con alegría a Sak. Kante a pesar de su timidez, sabe que esta reunión es importante y saluda con vehemencia a los líderes, sacerdotes y a los hijos de los otros líderes.

Yatziri se encuentra junto a sus guerreros; los demás los saludan y se inclinan ante ellos, sin embargo, nadie conoce su verdadera identidad como la hija traidora de Kusam. Después de un rato degustando los alimentos, comienzan una serie de danzas ceremoniales, contando la historia de los héroes gemelos Hunahpú e Ixbalanqué.

Los gemelos eran hijos de Hun-Hunahpú, un dios del maíz, y una madre mortal. Su padre fue asesinado por los señores de Xibalbá. Hunahpú e Ixbalanqué crecieron como excelentes jugadores del juego de pelota, lo que eventualmente los llevó a ser desafiados por los señores de Xibalbá.

Descendieron al inframundo donde enfrentaron y superaron una serie de pruebas y peligros, utilizando su ingenio y habilidades mágicas. Después de muchas aventuras y desafíos, lograron vengar la muerte de su padre al derrotar a los señores de Xibalbá en su propio juego.

Finalmente, los gemelos se convirtieron en el sol y la luna, ascendiendo a los cielos y dejando un legado como héroes culturales y figuras divinas. Su historia simboliza la victoria sobre la muerte y el renacimiento, así como la importancia de la astucia y la habilidad.

Por la gran importancia que los habitantes Mayas les dieron los gemelos, fue que Itzamná les otorgó el autoridad de reclutar y empoderar a sus elegidos para proteger a los pueblos Mayas, así fue como surgieron los Guerreros de la Luna y del Sol.  

El líder de Taxchilán, Yax K’uk Mo quería que se llevará a cabo un juego de pelota, pero la cancha será parte del torneo de mañana, por lo que no puede ser utilizado hasta los duelos, uno contra uno. Tras finalizar las danzas ceremoniales, Sak les pide silencio a todos para dar su discurso.

—Hermanos y hermanas del mundo maya, hijos de la majestuosa tierra y de los sagrados cielos, nos reunimos hoy bajo la mirada atenta de nuestros ancestros y de los dioses que rigen nuestro destino. En estos tiempos difíciles, es nuestra responsabilidad como guardianes de nuestras tradiciones y protectores de nuestra gente, buscar no solo la sabiduría en las estrellas y en los antiguos textos, sino también en el valor y la fortaleza entre nosotros.

» He convocado a los más valientes y hábiles entre nuestros jóvenes para demostrar su valía en un torneo de gran importancia. Este no será solo un despliegue de fuerza y destreza, sino un acto de unidad y hermandad entre nuestros pueblos. El vencedor será nombrado Campeón de los Mayas.

» Este campeón será bendecido por nuestros Dioses para obtener un gran poder y será quién nos guie en nuestra batalla en contra de un enemigo mortal e implacable que amenaza con destruirnos a todos. Esa torre que se atrevió a desafiar nuestro mundo, nuestras creencias, nuestros dioses, nuestro legado; este enemigo que se ha llevado a muchos de nosotros. Los Dioses nos han pedido uno de entre nosotros, un campeón para otorgarle su poder y compartirlo con nosotros en esta lucha que parece el final de todo.

» A los líderes de los pueblos vecinos, les extiendo una mano de amistad y cooperación. Que este torneo sirva no solo para encontrar a nuestra campeón, sino también para fortalecer los lazos que unen a nuestros pueblos. Juntos, somos más fuertes; juntos, podemos enfrentar cualquier adversidad que se presente en nuestro camino. Unidos, el pueblo maya, nuestros ancestros y los Dioses, derribaremos esa torre que maldice nuestras tierras y se lleva a nuestros hermanos y hermanas.

Gritos de apoyo surgen desde todos lados del pueblo. Los líderes de los otros pueblos al igual que Nakbé fueron informados sobre el torneo para elegir al campeón y con entusiasmo aceptaron el llamado de Sak. Todos los jóvenes participarán en el torneo sin excepción y en diversas actividades serán descartados hasta que queden unos pocos y comience el verdadero torneo.

Siguiente capítulo: La Antigua Gran Guerra Celestial Parte 1 – Capítulo 5: El Gran Día

Si te gusta nuestro trabajo por favor recomiéndanos y comparte: