Conversaciones en Tiempos de Guerra
Día 16 del Primer Mes del Año 3267
El reloj está cerca de sonar la campanada de la media noche. Las adultos de las tres familias se reúnen para hablar sobre el futuro de su pequeño poblado que reside entre las fronteras entre Fatal y Brivader, cerca del bosque de Reimerok.
El más longevo entre los presentes y anfitrión de la reunión empieza ofreciéndoles algo para beber, unos solo gustan un poco de agua, mientras que otros se deciden por una buena taza de café, proveniente del reino de Acuario, el reino que yace en el caribe, con sus playas hermosas son el destino predilecto para ir en verano.
El más joven ante el silencio de los mayores de decide por iniciar el tema, ¿qué va a pasar ahora que la guerra entre ambos reinos ha comenzado? Nadie tiene una respuesta clara, desde hace miles de años no han tenido un enfrentamiento a gran escala, ni siquiera la guerra de los Acuarianos fue de tal magnitud como la que Fatal y Brivader han desencadenado con la muerte del General Tresmo.
El más longevo le da un sorbo a su té y se prepara para hablar. El resto de adultos fijan su mirada en él. La guerra era inevitable, dice el aciano hombre de cuatrocientos años. Tarde o temprano ambos reinos iban a entrar en un conflicto que escalaría a una guerra total, dice tras beber nuevamente de su caliente té. Si no era eso, iba a ser una guerra de exterminio de especies enfatiza el anciano.
Pero, ¿qué podemos hacer?, les pregunta el joven al ver que nadie dice nada al respecto. Nadie tiene una respuesta certera, saben que eventualmente los ejércitos de ambas naciones llegaran hasta su poblado, también saben que pueden quedar en medio del fuego cruzado. Son tiempos de guerra, el peligro yace en todos lados. El longevo hombre les indica que el espíritu del planeta no ofrecerá su protección, sus reglas no fueron respetadas cuando ambas naciones intentaron asegurar el cristal del bosque de Reimerok.
Los elementales sentirán el desequilibrio de la naturaleza por el uso de armas y la muerte de miles de soldados. Se defenderán de los humanos, se defenderán de aquellos que buscan destruir su mundo. Aunque por miles de años los habitantes del continente de la Atlántida crearon y organizaron juegos para enfocar su sed de guerra en partidas competitivas con sus poderes mágicos, no saben lo que una guerra en verdad significa.
No es un juego quién vence al contrincante y se hace con la gloria. En una guerra nadie gana, todos pierden y quién pierda menos es quién sale adelante. Los soldados de Brivader y de Fatal tuvieron que dejar de lado las simulaciones y los entrenamientos para salir a matar. El miedo los envolvió en un desolador abrazo y con el tuvieron que usar sus manos para quitarle la vida a quién tenían de frente. El brutal choque los bajó de las nubes, en su burbuja donde todo es perfecto y hermoso, los soldados tuvieron que aprender lo que en verdad es el conflicto.
Los habitantes de los pueblos aledaños solo tenían que preocuparse por los bandidos que buscaban alimento y de los elementales descarriados. Sus vidas eran perfectas, la esperanza de sus vidas alcanzaba los quinientos años, las maquinas de las ciudades se encargaban de llevar alimento a todos los trece reinos. Pero la burbuja en la que vivían y que les ocultaba la realidad de las cosas explotó y con ello estalló la guerra entre las naciones más grandes.
El más joven de los presentes les dice si deberían irse a las ciudades para encontrar resguardo. Otro de los adultos les indica que tiene familiares en Atlantis, mientras que otro les indica que tiene familiares en Domino. Los otros adultos aún no logran procesar la noticia de que se encuentran en guerra y que sus vidas están en peligro.
Todo fue tan repentino, aunque los presagios decían que una guerra se venía, nadie creyó en ellos. Tales presagios parecían un sueño lejano, algo imposible de concebir en la realidad. Los tambores de guerra habían empezado a sonar desde que el rey Oziel de Fatal fundó el Imperio Atlante y se auto proclamo Emperador Supremo y comunicó su voluntad de unificar a los trece reinos antes de que sus diferencias fueran tan grandes que sería imposible vivir en armonía. Irónicamente lo que Oziel quería evitar se termino concretando y Brivader le declaró la guerra al Imperio Atlante, pero eso no cambió la mentalidad de los habitantes de los trece reinos. Se negaban a aceptar la realidad de que sus vidas no eran perfectas como siempre lo han dicho.
La platica incomoda entre los adultos que se rehúsan a aceptar los tiempos de guerra se vuelve larga. Hablan de todo menos de lo que ocurre actualmente. Hablen de que Brivader nunca debió de haberse declarado enemigo del Imperio Atlante, hablan de que Oziel nunca debió haberse convertido en Rey de Fatal.
El reloj marca las dos de la mañana y las discusiones sobre quién tiene la culpa no cesan, el más joven de entre todos harto de escuchar excusas de que todo era perfecto y eran felices les reclama de qué va a pasar ahora, si se tienen que ir o no. El más longevo de entre los presente se levanta y les dice que ya no es seguro estar aquí y deben de buscar refugio. Él se quedará les indica, ya está muy viejo como para abandonar su hogar. Los adultos le reclaman, pero él ya ha tomado la decisión de quedarse.
La discusión termina, los adultos deciden abandonar la aldea. El anciano hombre sale de casa para ver las estrellas, el joven se acerca a él y le pregunta porqué lo hace. Lo mira por un momento y los recuerdos de su juventud vienen hacía él. El hombre le indica que cuando llegue a su edad logrará entender su decisión y que por ahora debe de seguir a sus Padres hasta las ciudades para encontrar refugio, eres joven y tienes mucho futuro por delante le reitera el hombre.
Antes de irse el joven le pregunta si la guerra acabará pronto, pero el longevo hombre se limita a responderle con un sí. Ni siquiera él lo sabe, el conflicto entre ambas naciones no es por recursos, ni comercial, ni por sangre, el conflicto es por el futuro de la civilización, mientras que Fatal busca regresar a sus orígenes, Brivader busca expandirse hasta las estrellas. Ambas naciones caminan por caminos desconocidos, Fatal desea volver a los tiempos de los Parávelers, en donde todo era decidido por el líder y todas las ciudades del continente seguían sus indicaciones. Todo era perfecto, pero nada dura para siempre y las nuevas generaciones deseaban caminar por senderos diferentes, eventualmente los trece reinos fueron fundados, cada uno con su propia visión de lo que significa ser una civilización dorada.
El conflicto entre ambas naciones ha iniciado y nadie sabe con certeza lo que el futuro les depara. El poder que tienen ambas naciones de destruir es enorme, tienen tanto poder como para destruir el planeta si así lo quisieran, pero lo que definirá el ganador será la nación que logre controlar el poder de la naturaleza en forma de cristales.