Los Parávelers

Publicado por JLT en

Los Parávelers

La sociedad humana más perfecta, aquella estirpe en la que las almas antiguas encarnaron y lograron una era dorada jamás antes vista en toda la existencia. Así fueron los Parávelers, refugiados del imperio de Arkantos que huyeron de una muerte segura bajo una era glacial.

Se adentraron en los mares del océano Atlántico y, tras varios días, llegaron a la tierra dorada. Desde el fondo marino emergió para acoger a los sobrevivientes del sacro imperio Arkanto. Una humanidad moría mientras una nueva nacía. Encontraron un continente tan vasto y grande como lo fueron Europa y Asia.

Venían de una cultura de violencia y excesos, orgullo y poder; chocaron contra pared en su nueva realidad, una planeada meticulosamente por el espíritu del planeta para crear la civilización más extraordinaria entre todos los universos.

Envió a tres de sus Elementales Divinos, y ellos les mostraron cómo debían comportarse para adaptarse a su nuevo mundo, de lo contrario, perecerían rápidamente. Aunque tenían el poder de empuñar la magia a través de artefactos místicos y de sus familiares, todo eso quedó atrás, bajo las capas de nieve, destrucción y muerte en su antiguo hogar.

A través de la espiritualidad, la ciencia y la empatía, comenzaron a construir su nueva civilización, una que nombraron Parávelers por las enseñanzas de los Elementales Divinos. Por miles de años, se mantuvieron como una civilización pacífica y demográficamente pequeña, lo que una vez impulsaba sus deseos y sueños tuvieron que ser desechados, por lo que el deseo carnal de poseer quedó en segundo plano.

Al principio fue difícil, no solo compartían territorio con animales que ya conocían sino que también lo compartían con Elementales. Seres inteligentes y conscientes que tenían base animal y también humana; compartían una misma alma, la de Gaia. Los Elementales son encarnaciones menores de Gaia, el espíritu del planeta.

Los conflictos humanos afectaban a los Elementales de sus alrededores, y las cosechas y los ríos y lagos se volvían tóxicos si no resolvían sus conflictos, por lo que fueron obligados a resolver todos los problemas con la palabra. Elementales Legendarios de más de cien metros de altura les recordaban lo insignificantes que eran ante el poder de la naturaleza.

Los Elementales Humanos: Ángeles, Elfos, Hadas, Enanos, Ninfas, Gnomos, Orcos, Sirenas, Harpías, Dríadas, Ogros, Gigantes, Trolls, Zombis, Basajaunes, Boraros, Wendigos, Onis, y súcubos e íncubos, tuvieron un encuentro infortunado ante los Parávelers. A pesar de que solo vivían en menos del tres por ciento de todo el continente, los humanos fueron repelidos y atacados por los Elementales Humanos debido a que odiaban a los humanos por haber osado en habitar sus territorios. Gaia tuvo que intervenir para evitar el exterminio de los humanos ante el poder de los Elfos y Ángeles.
Fueron reprimidos y menospreciados, el único asentamiento humano de los Parávelers fue un lugar marginado por todos los Elementales del continente. Cualquier error humano, cualquier conflicto humano y los Elementales tendrían la justificación para ir a la guerra en contra de la nueva humanidad.

Innumerables guerras, ataques y errores mermaron la población humana por miles de años. Hasta el día en que lograron recuperar la magia que perdieron, a través del control de sus mentes no solo recuperaron lo que una vez fue de ellos sino que ya no necesitaban instrumentos para empuñar la magia. Sus cuerpos evolucionaron y a través de sus mentes lograron controlar su energía interna y externa de la naturaleza.

Por generaciones reprimieron su instinto de la guerra, de la sangre y con sus nuevas habilidades encontraron la forma de desahogar esa necesidad humana y crearon innumerables deportes usando sus poderes. Con el tiempo emergieron talentosos hechiceros que controlaban la materia y la energía como si fueran dueños de la realidad y ante tal amenaza, los Elementales intentaron destruir a la humanidad antes de que se volvieran imparables.

Los Parávelers se rehusaron a luchar contra los Elementales y fueron masacrados, sin embargo, sobrevivieron. A pesar de que podían luchar contra los Elementales con sus nuevas habilidades, nunca iban a ganar, por lo que mantuvieron la calma y planearon el auge que los llevaría a ser una civilización dorada. Comenzó la era industrial.

Dominaban la materia y la energía con sus mentes, y sus conocimientos sobre la ciencia fueron tan impresionantes que, en cientos de años, crearon ciudades tan avanzadas como las civilizaciones galácticas. Desde sus reinos en las nubes, los Ángeles que veían a los humanos cómo se arrastraban en el lodo ahora veían cómo enviaban gigantescas naves hasta el espacio para construir estaciones espaciales. Los elfos que masacraban a los humanos que osaban poner pie en sus bosques huían de la maquinaria pesada de guerra que aseguraba tierras. Las sirenas que engañaban a los pescadores huyen tan lejos de las estaciones submarinas tan grandes como islas.

Los Elementales Humanos que una vez masacraron y humillaron a los humanos palidecieron ante el poder de las armas de destrucción masiva que crearon los humanos. Los Reyes de los Elementales Humanos se inclinaron ante el poder de la ciencia y la tecnología y vieron el poder de la maquinaria de guerra que habían desarrollado los Parávelers, sin embargo, ellos jamás la usaron para atacar a la naturaleza.

Un pacto se firmó ante Gaia, ante el Rey de los Parávelers, ante los Elementales Divinos, los Reyes de los Elementales humanos para crear fronteras y delimitar los recursos que los humanos podían extraer de la naturaleza. Gaia observó con felicidad que su plan triunfó.

No solo avanzaron en la ciencia y tecnología, sino que demográficamente fue un salto abismal y pasaron de ser miles a ser millones. Con una vida prolongada hasta los quinientos años, en pocos años pasaron a ser miles de millones de habitantes, y la maquinaria para soportar la cantidad de humanos tuvo que crecer exponencialmente.

Los Cristales de Gaia que una vez sirvieron para empoderar las máquinas del inicio de la era industrial tuvieron que buscar una nueva fuente de energía. Energía atómica, eólica, solar e hidráulica suplantaron los Cristales de Gaia. Las tierras sombrías surgieron por el excesivo uso que hicieron de los Cristales de Gaia. Una enorme parte del continente murió, toda la energía del flujo de la vida fue consumida para la maquinaria.

Desde que llegaron a las tierras doradas hasta el inicio de la Era industrial, los Parávelers se mantuvieron siete mil años habitando el noreste del continente. Vivieron en las faldas de la Montaña Cronos y se mantuvieron en sus alrededores, sin posibilidad de explorar el resto del continente. Después de iniciar su Era Industrial y tras el pacto, los territorios humanos llegaron a ser hasta la mitad del territorio del continente. Sin embargo, no se construyeron carreteras, tampoco se instalaron vías para trenes sobre la superficie, tampoco tomaron control de los bosques ni de los hogares de los Elementales. Los Elementales y los Parávelers aceptaron compartir el continente sin afectar la naturaleza.

La amenaza que suponían los Elementales quedó en el pasado. A pesar de que los Elementales Legendarios podían atacar a los asentamientos humanos, la maquinaria de guerra estaba preparada y sus armas de destrucción masiva obligaron a los Elementales Legendarios a no meterse con los Parávelers. A pesar de que los Reyes de los Elementales Humanos se rehusaron a mezclarse con los Humanos, no pudieron evitar el comercio y el turismo, por lo que surgieron las figuras de diplomáticos, sacerdotes y sacerdotisas que lograron firmar pactos para el beneficio de sus pueblos.

Los Parávelers lograron lo imposible, y una civilización perfecta y dorada logró el contacto con civilizaciones galácticas. Aunque estaba limitado a solo intercambio de conocimiento, Gaia no permitía que seres de otros universos pisaran Terra Gaia. Sin embargo, los Parávelers lograron cambiar eso y les abrieron la puerta al turismo y comercio con civilizaciones galácticas.

La era dorada e industrial duró 1500 años, hasta que la población era tan grande y diversa que surgieron los Trece Reinos por todo el continente. La primera y la única ciudad de los Parávelers fue bautizada como Reino de Fatal, y su capital fue nombrada como ciudad de Atlantis. Los otros doce reinos fueron nombrados: Numbría, Brivader, Sethless, Acuario, Venalent, Arias, Profeliont, Misane, Solomía, Razner, Eriamor y Cristallik.